En favor de los derechos del padre

Los derechos provienen de la Naturaleza*, y está en la naturaleza del hombre proveer a su mujer y proteger a su prole. Como está en la Naturaleza de la mujer nutrir y dar vida, no muerte. Por ello, es un derecho del hombre poder proteger a sus hijos, y es, a la vez, un gran apoyo para la mujer no verse sola a la hora de decidir sobre la vida o la muerte de su hijo. Curiosa sociedad, la que prohíbe la pena de muerte para los mayores criminales y se la aplica a los niños inocentes e indefensos… una sociedad que libra a jueces experimentados de tener que decidir la suerte de otro ser humano y aboca a niñas a hacerlo… ¡¡solas!! Pues miles y miles de abortos son sentenciados por niñas menores de 18 años (unos 14.000 el año 2006). Exigimos que la mujer jamás se tenga que ver sola ante la decisión más trágica de su vida… ¡ni que la tenga que tomar jamás!

Pero en cualquier caso, un hijo es “cosa” de dos, y los dos tienen la responsabilidad de su vida. Por tanto proponemos que la custodia del niño en gestación sea compartida por ambos progenitores y reclamamos para los hombres su derecho a la paternidad y a compartir la responsabilidad en el futuro de sus hijos. Los hijos no son propiedad de nadie ni pertenecen al cuerpo de la mujer. Son seres distintos pero con iguales derechos, que deben ser protegidos por sus progenitores y por toda la sociedad. Y los hombres tienen, desde luego, el derecho a protegerles. Por ello debe ser necesaria la conformidad expresa del padre para practicar cualquier aborto.

11-F 2008
www.unidosporlavida.org
www.projusticia.es

Ver vídeo del acto

Ver testimonio de discriminación paterna

 

* no del capricho, del orgullo o del egoísmo

 

PROJUSTICIA.ES

La violencia contra los hombres también existe

Mentiras de las feministas radicales

Las feministas radicales repiten una y otra vez las falsas discriminaciones de las que son objeto en todos los campos. Su fin es conseguir una justificación a la implantación de sus criterios, conseguir privilegios y prebendas además de mantener la industria boyante de la que disfrutan sin sudar una sola gota mientras siguen cobrando las subvenciones.

Entre otras mentiras y falacias se encuentran las siguientes, que pueden desmontarse sin dificultad recabando los datos correspondientes (…….)

Reproducción. Éste es otro aspecto reivindicado por las feministas utilizando falsedades. Empezando por el lenguaje pues le llaman derechos de reproducción y salud sexual. Por supuesto de las mujeres. Los varones no tienen estos derechos. Los humanos hemos de ser iguales ante la ley. Y en este asunto de la reproducción la discriminación contra el varón y el trato de favor hacia la mujer es más que evidente.

Si una mujer quiere interrumpir el embarazo, el hombre no puede impedirlo y la mujer decide sobre el futuro del niño y del padre. El niño muere y el padre deja de serlo aún queriendo serlo. ¿Por qué no se le obliga a la gestante a terminar el embarazo y dejar que el padre se encargue del niño ya que ella no lo quiere?

¿Por qué la mujer puede deshacerse de la "carga" cuando quiera sin que el hombre tenga siquiera conocimiento de ello?

Si un hombre golpea, aún accidentalmente, a una mujer embarazada se enfrentará a responsabilidad penal y civil por daños a la madre y al niño. Pues no se le trata como feto o embrión o proyecto o grupo de células sino como persona porque la madre, y nadie más, así lo ha decidido. Además al hombre se le pondrán todos los agravantes y el desprecio más absoluto de la sociedad. Si una madre decide deshacerse del feto o embrión o proyecto o grupo de células no sólo no pasa nada sino que el estado le facilita la labor. Pues como feto o embrión o proyecto o grupo de células y no como persona se le trata porque la madre, y nadie más, así lo ha decidido. El padre no sólo no puede decidir (en muchas ocasiones ni se entera) sino que además se enfrentará a un proceso penal si intenta impedir el aborto. Además al padre se le pondrán todos los agravantes y el desprecio más absoluto de la sociedad esgrimiendo disparates como que ha denunciado por despecho o por celos.

Esto se prolonga a lo largo de toda la vida del feto, embrión, grupo de células o bebé, según el criterio de la madre, durante la cual el padre sólo tendrá el papel, afecto, responsabilidad, cariño, etc. que la madre decida que puede tener con respecto al niño. Ni un miligramo más ni uno menos.

 

 


Mi amor y odio por los hombres

Cambiando el pronombre del aborto

Carolyn Cole/ Stephanie Simon, Los Angeles Times
7 de Enero de 2008 

ARREPENTIMIENTO: "No lo había pensado," ha dicho Mark B. Morrow, que aparece en la foto con su hijo Ross, sobre antiguos abortos de sus novias. "Ahora todo se me ha venido encima, mira lo que has hecho."

'Nosotros abortamos,' dicen los hombres cuyas parejas interrumpieron sus embarazos. No es sólo el trauma de una mujer, insisten. Pero los críticos ven un cálculo político en ello.

SAN FRANCISCO -- Jason Baier habla a menudo del niño que llama Jamie. Imagina a este niño -su hijo- con pelo rubio y ojos verdes, mejillas regordetas y una sonrisa feliz. 
 
Pero nunca lo sabrá seguro. 
 
La hermana de su novia le contó lo del aborto cuando ya era tarde. Baier recuerda que lloró. Las semanas y meses siguientes todo se volvió negro. Sabe que bebió mucho más de la cuenta. El y su novia discutieron hasta que lo dejaron. "Odiaba el mundo", dice. 
 
Baier, de 36 años, todavía echa de menos al niño que podría heber tenido, con una intensidad que le sorprende: "¿Cómo puedo echar de menos a alguien que nunca tuve en mis brazos?" 
 
Ahora canaliza su sufrimiento hacia el activismo en un pujante movimiento de "hombres post-aborto". El aborto normalmente se presenta como un tema de mujeres: su cuerpo, su elección, su liberación o su arrepentimiento. Este nuevo movimiento -a la vez político y profundamente personal- argumenta que el pronombre es completamente incorrecto. 
 
" Nosotros abortamos," dice Mark B. Morrow, un asesor cristiano. "Yo he abortado".
 
Morrow ha hablado a más de 150 activistas antiabortistas que se reunieron recientemente en San Francisco en el que fue llamado el primer congreso nacional sobre hombres y aborto. Los participantes -la mayoría asesores y curas- escucharon dos días de lecturas sobre temas como "Medicinas para el dolor de la paternidad perdida" y "Terapia de perdón para hombres post-aborto".
 
La sesión más impactante incluía el estremecedor testimonio de hombres cuyas parejas abortaron. Baier, que ahora vive en Phoenix, dijo a los congregados que ha sufrido años de depresión y adicción. "No podía quitarme de la cabeza la idea de lo que había perdido".
 
Desde que el concepto del síndrome post-aborto apareció a primcipios de los años 80, algunas mujeres han expresado sentimientos parecidos y han aprendido a transformarlos en influencia política. Hablan en sesiones legislativas y en eventos organizados por el movimiento "Silent No More Awareness" (Conciencia No Más Silencio). Testifican por escrito detallando sus años de sufrimiento emocional, que la Justice Foundation, un movimiento de defensa de las ideas condervadoras, envía a legisladores y jueces de todo el país. 
 
La primavera pasada, el Tribunal Supremo citó estos testimonios como una de las razones para prohibir los abortos de embarazos cercanos a término que los opositores llaman abortos de "nacimiento parcial". La opinión de la mayoría sugería que la prohibición protegería a las mujeres de una decisión que más tarde pudieran arrepentirse.. 
 
El testimonio de algunas mujeres también se ha usado para justificar una prohibición del aborto aprobada en 2006 en Dakota del Sur. (Los votantes eliminaron la prohibición antes de que pudiera entrar en vigor).
 
"Es una regla fija que si quieres que una ley se apruebe, tienes que contar anécdotas que apelen a la gente", dice la Dra. Nada Stotland, presidenta de la Asociación de Psiquiatría Americana. Los activistas anti-aborto han hecho eso bien, añade. "Han conseguido convencer a un montón de americanos" de que el aborto deja secuelas en las mujeres.  
 
Ahora, esos activistas ven una oportunidad para propagar su mensaje de forma notable.
 
La Justice Foundation ha empezado recientemente a solicitar testimonios escritos de hombres; un enlace de internet promete que  "tu relato ayudará a los esfuerzos legales para terminar con el aborto". No Más Silencio anima a los hombres a que testifiquen en sus eventos. 
 
El terapeuta Vincent M. Rue, que contribuyó a desarrollar el concepto de trauma post-aborto, está llevando a cabo un estudio online que pide a los hombres que comprueben sus síntomas (como irritabilidad, insomnio e impotencia) que piensen estar sufriendo como consecuencia de un aborto. Cuando los hombres sean ampliamente reconocidos como víctimas, dice Rue, "eso cambiará la sociedad". 
 
Los abortistas miran esta última movilización con cautela: Si las anécdotas sobre madres que sufren pueden conmover al Tribunal Supremo, ¿qué conseguirá el testimonio de hombres sufriendo?
 
"Potencialmente pueden cambiar completamente de signo el debate" dice Marjorie Signer de la Coalición Religiosa Para la Elección Reproductiva (Religious Coalition for Reproductive Choice), un grupo interconfesional que apoya el derecho al aborto. 
 
El concepto de trauma post-aborto es discutido intensamente. Varios estudios publicados en revistas científicas de medicina sugieren que las mujeres que han abortado son más propensas a la depresión o al uso de drogas. Pero las investigaciones no prueban una relación de causa-efecto, dice Stotland. 
 
Puede ser, dice ella, que las mujeres que abortan sean más inestables con anterioridad.  El aborto es una de las operaciones de cirugía más habituales del país, más de 1 miillón realizadas cada año; y aunque con seguridad parte de quienes pasan por ello se arrepienten, los doctores dicen que no ven una epidemia de mujeres u hombres traumatizados.  

Pero los activistas que lideran el movimiento a favor de los hombres aclaran que no basan su argumentación en estadísticas. Cuentan con el poder de las lágrimas de esos hombres.

"Las vivencias reales de la gente son muy difíciles de rechazar", dice Vicki Thorn, que dirige programas de asesoramiento post-aborto de la Iglesia Católica. "Ya es hora de que...afirmemos el dolor que sufren los padres". 
 
Morrow, el asesor, dice que el arrepentimiento crece en su interior ahora que llega a la mediana edad, más de una década después de que dejase embarazadas a tres novias (una de ellas dos veces) en una rápida sucesión a finales de los años 80. Los cuatro embarazos acabaron en aborto. 
 
Años después, cuando su esposa le dijo que estaba embarazada, "De repente me dí cuenta de que había tenido cuatro niños muertos", dice Morrow, de 47 años, que vive cerca de Erie, Pa. "Ni lo había pensado. Ahora todo se me ha venido encima, ¡mira lo que has hecho!" 
 
Hace unos meses, Morrow se puso en contacto con la ex-novia que abortó dos veces. Se reunieron, rezaron juntos, buscando paz. Después de separarse, ella volcó su rabia en una carta: "Aquel largo día nos sentamos en aquella clínica abandonada de Dios, cada minuto esperaba que te levantaras y dijeras "No podemos hacer esto". . . pero no lo hiciste".  
 
Incluso los abortistas reconocen que los hombres se pueden beneficiar del asesoramiento cuando ellos y sus parejas se enfrentan a un embarazo no deseado. El sociólogo Arthur Shostak ha entrevistado a miles de hombres mientras esperaban en clínicas abortistas; aunque intentaban dar una imagen fuerte para ayudar a sus amantes a pasar por esa odisea, muchos le dijeron que se sentían impotentes, estresados y solos. Algunos soñaban con el niño que nunca conocerían. 
 
Shostak anima a las clínicas a contactar con estos hombres. Pero mira el movimiento activista alarmado.  

Carta de un padre